El vino es un producto plenamente asentado en nuestra gastronomía, aunque todavía guarda algunos secretos desconocidos para algunos consumidores.
Para disfrutar del vino en todo su esplendor es necesario conocerlo y descubrir algunos trucos y curiosidades que envuelven el gran mundo vinícola.
1. El recipiente donde bebemos cambia el sabor:
No es lo mismo beber un vino en un vaso que en una copa. Para algunos es simplemente una leyenda y para otros una obviedad, pero varios estudios lo han corroborado. Según las dimensiones y la forma de la copa donde se sirva el vino, el sabor llegará al paladar de diferente forma y el aroma se concentrará mejor cuanto más ancha sea la copa.Esto se debe principalmente a que el tamaño influye en la cantidad de aire que entra en contacto con el vino; la forma determina el flujo del líquido hacia la boca, y el diámetro de la boca influye en la rapidez con la que el vino fluye y en cómo llega al paladar.
2. El tinto se debe enfriar:
La temperatura es uno de los aspectos clave del vino y cada uno tiene su baremo de temperatura ideal. Teniendo en cuenta que tanto en verano como en invierno, en la mayor parte de hogares, restaurantes y establecimientos la temperatura ambiente está en torno a los 20ºC, los tintos deben enfriarse antes de ser consumidos. La temperatura del tinto está entre los 12 y 17 Cº, en función de su crianza, por tanto es necesario refrigerarlos. En el caso del espumoso, rosado y blanco es de 4 a 13 ºC también en función de su crianza o elaboración, por tanto en una temperatura más fría. La temperatura también marca el aroma del vino, así pues, el vino más frío tiene menos aromas y suaviza su acidez y alcohol, a temperaturas más elevadas los aromas se aprecian mejor, pero también su boca (acidez-alcohol).
Este cuadro muestra las mejores temperaturas para apreciar todo el sabor del vino.
3. El vino es totalmente saludable:
Muchos pueden pensar que al ser una bebida que tiene alcohol su consumo no es sano para el organismo, pero todo lo contrario. Partimos de la base que el alcohol es un producto natural, de hecho un simple zumo de naranja puede contener hasta un 1%vol. de alcohol. El vino proviene de la fermentación del zumo de uva, por tanto es un alcohol natural, no destilado. Ahora bien, su consumo para que sea beneficioso debe limitarse a una o dos copas al día, no más. Tales son los beneficios para la salud del vino, que su consumo es recomendados por médicos de todo el mundo así como por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Ministerio de Alimentación español también incluyen el vino el la pirámide nutricional de alimentos recomendados. Todo ello respaldado por numerosas investigaciones que avalan las innumerables ventajas que ofrecen al metabolismo: aquí puedes obtener mayor información al respecto.
4. Hay vida más allá del tinto y el blanco:
Aunque sean los dos tipos de vino más consumidos, existe una gran variedad de vinos más allá de estos dos. Así pues, dentro del vino tinto podemos encontrar: ligeros de cuerpo, de medio cuerpo o de cuerpo pleno; y en los blancos: secos y vivaces, secos de cuerpo pleno o semisecos. Además existen vinos rosados, vinos generosos, pueden ser secos o dulces; y los vinos espumosos, donde destaca el champagne o el cava.
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